sábado, 22 de febrero de 2014

Cómo situar a tu país en el mapa

Hace unos días acudí en Madrid al céntrico Museo Reina Sofía, para conocer algo más del misterioso y siempre genial cineasta finlandés Aki Kaurismaki. Se trataba de una charla en forma de clase magistral ante un auditorio repleto de conocidos cineastas independientes (como Fernando Franco o Montxo Armendáriz) y una elevada cantidad de bohemios, cinéfilos y modernos, muy interesados en todo lo que lleve la etiqueta de "independiente".

El hombre era más o menos como le imaginaba. Frío y parco de palabras en ocasiones, pero con un humor muy sarcástico (algo que siempre ha tratado de incluir en sus películas). Fumando su cigarrillo electrónico y bebiendo vino, el finlandés renuncia a ponerse los cascos para la traducción, obligando a sus entrevistadores a hablar con él en inglés. Comienza comentando sus trabajos desde sus inicios. Reconoce que al principio apenas tenía nociones sobre el uso de cámaras, concretamente en su primer largometraje "Crimen y Castigo", en el que Kaurismaki se inspira en la novela de Dostoievsky para contar una historia. Algo que luego repite en "Hamlet va de negocios" con la obra teatral de Shakespeare, en la que probablemente es la crítica más aguda y explícita al capitalismo del escandinavo.

Y es que esa es su principal característica como realizador: la creación de personajes tristes, atormentados, deprimidos por la situación en la que se encuentran, que alcanza en muchos casos altos grados de miseria. Seres humanos que quieren evadirse y escalar socialmente, pero chocan con la realidad. Generalmente se trata de trabajadores de clase media-baja, que desarrollan sus vidas en escenarios cotidianos, simples, sin ninguna profusión en los decorados, y contando solo con objetos útiles para la diégesis. También es muy característica la ambientación clásica de sus películas, con lugares, coches y vestuarios antiguos, que desubican en el tiempo sus obras.

También mencionar la increíble confianza que depositó siempre Kaurismaki en un círculo selecto de actores. Los más importantes sin duda fueron el fallecido actor Matti Pellönpaa y la actriz Kati Outinen, entre otros.

Matti Pellönpaa y Kati Outinen

Y es que el cineasta siempre ha otorgado mucha importancia a la actuación. Para él, el cine es una relación entre la cámara y el actor, por lo que éste ha de controlar muy bien sus movimientos. Tan importante es que él mismo asegura: "Yo no pido a mis actores que actúen, pido que no actúen. Así que cuando viene alguno nuevo hay que enseñarle a no actuar".

En la ronda final de preguntas, un chico se interesó por saber si alguna vez algún actor había sonreído en sus películas. Aki respondió (para variar) de manera sarcástica diciendo que si alguno sonreía no lo grababa. También preguntaron sobre porqué los personajes están continuamente fumando en sus películas. Kaurismaki se levantó y mostró la diferencia entre un actor que fuma, que permanece hierático en la escena, y uno que fuma, que inspira un cierto estilo y que al fin y al cabo, ya está llevando a cabo una acción.

Un comentario de Kaurismaki que me pareció muy importante y que debería servir de aviso para todos los artistas y especialmente para los que hacen cine, es que puedes partir una idea, pero esto no es un lecho de rosas. Siempre encuentras dificultades que debes superar. Sin duda el finlandés es un gran ejemplo de como grabar películas con poco presupuesto y poco a poco introducirlas en pequeños grupos de admiradores, en lo que llamaríamos cine de culto.

Cine de autor de un hombre que consiguió gracias a su habilidad para construir historias, situar a Finlandia en el mapa cinematográfico y cultural de Europa, haciendo un cine muy propio y creativo, que son muestra de la marcada personalidad del autor.