jueves, 5 de diciembre de 2019

Salvar el planeta es misión de todos


En los últimos meses*, estudiantes de media Europa han organizado huelgas y manifestaciones en protesta contra la inacción gubernamental para poner freno al calentamiento global y el cambio climático. La ola juvenil gana más adeptos mientras alerta a la sociedad de la catástrofe que se avecina si no cuidamos nuestro planeta



Alejandro Villa / Elena Haza

En diciembre de 2015 se firmaban en Francia los Acuerdos de París durante la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP21), donde 96 países y todos los estados miembros de la Unión Europea se comprometían a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar y reducir el calentamiento global. El acuerdo entró en vigor oficialmente en abril de 2016. Sin embargo, hasta la fecha, ninguno de los países del G20 ha cumplido con las expectativas establecidas en las bases del acuerdo.


Cada vez más ciudades europeas se suman a las protestas ecologistas. Elena Haza.

Tres años después de los Acuerdos, el 4 de diciembre de 2018, la adolescente Greta Thunberg intervino en la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP24), celebrada en Polonia, para hacer una dura declaración frente a los políticos de los países miembros que a nadie dejó indiferente y ha inspirado las movilizaciones y el activismo juvenil, haciendo crecer el movimiento ecologista.

El movimiento Fridays for Future reclama medidas contra el cambio climático. Elena Haza.

La contundencia del mensaje lanzado por Greta, que comenzó a protestar iniciando ella misma huelgas escolares en su ciudad natal, se convirtió en una de las principales inspiraciones del movimiento Fridays for Future, encabezado por miles de estudiantes y que en Europa se ha extendido a gran velocidad. Se trata de marchas y manifestaciones impulsadas por diferentes colectivos y activistas que tratan de ejercer presión a los gobiernos para que apliquen medidas inmediatas para frenar el cambio climático.


Una de las ciudades que más se ha volcado con la causa ha sido Bruselas, donde se llegaron a reunir más de 70.000 personas en la Marcha Europea por el Clima el pasado mes de enero. En la capital belga, acudimos a la marcha del 22 de febrero  que contó con la participación de la propia Greta Thunberg, convertida ya en estrella mediática. Esa misma mañana, la activista habló alto y claro ante el comisionario Jean-Claude Juncker en un evento organizado por el Comité Económico Social y Europeo (CESE), para denunciar la inacción y la indiferencia institucional respecto a este tema tan vital.


Manifestantes llegando a la Gare du Midi (Bruselas). Elena Haza.



“Esta es la única manera que tenemos de meter presión a los políticos, es nuestra responsabilidad salir a la calle y pedir y exigir a los políticos que hagan su trabajo”, declaró el joven Feree durante la marcha iniciada en la estación Gare du Nord y que atravesó el corazón de la ciudad hasta concluir en Gare du Midi. Su acompañante, Nell, apuntilló: “Lo que estos jóvenes piden a los políticos es que actúen ahora. Los políticos solo dicen que las medidas costarían mucho dinero, pero no se preocupan por el verdadero problema y no hacen nada, y si no haces nada no hay futuro para los niños.”


La imagen del movimiento se asocia con huelgas escolares y movilizaciones estudiantiles, pero lo cierto es que es transversal y gente de edades muy diversas se está uniendo al movimiento. Prueba de ello es la presencia de personas como Victor, hombre jubilado que acudió a la manifestación. “Intentamos que este problema llegue a todas las personas de Bélgica y del mundo. Aquí no hay solo jóvenes, también hay madres, padres, abuelos, que están uniéndose al movimiento y eso son unas muy buenas noticias porque este es un problema de todos los ciudadanos. El problema es que los políticos no quieren vernos.

También recordó que el próximo mes de mayo tendrán lugar elecciones generales en su país y que “los programas de los partidos están más interesados en destinar dinero en obras públicas y en otros asuntos que en el clima” y que ningún partido “se ha posicionado claramente al respecto hasta ahora.”


Victor muestra su cartel, que reza: “No estirar el clima, sino salvarlo”. Elena Haza.

Al igual que Victor, Aude acaba de cumplir los 60, pero acude a la huelga con la misma energía e ilusión que los cientos de jóvenes que se sumaron a la protesta. “He venido a la manifestación porque estamos destrozando el planeta de una manera horrible. Tengo miedo por mis hijos, pero sobre todo por mis futuros nietos. Tengo miedo de no ver nunca más la nieve, tengo miedo de que no podamos respirar más. El planeta Tierra es realmente hermoso, gracias a él estamos aquí y somos nosotros quienes lo estamos dañando”, declara.

En lo que todos parecen estar de acuerdo es en que los jóvenes están actuando y tomando partido en una lucha que es común. “Es necesario que esta movilización continúe, que no se detenga. Creo verdaderamente en la fuerza de la juventud para multitud de cosas, y para esta en especial. Hay personas de 80 años que no pueden unirse a las movilizaciones pero que desde las ventanas de sus casas se están asomando para animar a los estudiantes”, reiteró Aude en el momento en que la multitud se congregaba en torno al escenario que se alzó en la plaza de Gare du Midi.

El movimiento tiene mucha fuerza en la capital belga. Elena Haza.

En ese mismo lugar, intervinieron algunos de los promotores de estas protestas, entre ellos, la propia Greta Thunberg. “Ninguno de nosotros somos demasiado pequeños para marcar la diferencia. No solo estamos cambiado el mundo, estamos salvándolo” manifestó la joven que fue recibida entre vítores y aclamaciones. “Es bueno tenerla porque habla alto y claro. A veces solamente los más jóvenes pueden decir la verdad tal cual es sin ser influidos por los adultos.” explicó Feree al preguntarle por el poder de convocatoria de la activista sueca.

Greta Thunberg (a la izquierda) espera para intervenir ante la concentración. Elena Haza.

La sociedad civil está comenzando a jugar todas sus bazas y la ola ecologista impulsada desde Fridays for Future ha llegado a España (manifestaciones en Madrid y Barcelona) y otros países como Francia, Países Bajos, Grecia o Italia. Ahora falta que los gobiernos inicien sus acciones, que las empresas intervengan y todos cambiemos para establecer un nuevo modelo productivo y de consumo que sea ecológico y sostenible. 

“El clima está cambiando, ¿por qué nosotros no?”, una de las consignas. Elena Haza.

Sobre todo, hay que mantener la ilusión, porque se puede revertir esta situación y se puede salvar la tierra. Como sentenció Aude: “Hay personas que se desmotivan diciendo que ya es demasiado tarde y que no merece la pena movilizarse. Pero no estoy de acuerdo, se han comenzado a hacer cosas en muchos países. Es el momento de actuar, como vemos ahora mismo, en pleno febrero hace ya demasiado calor, es verdaderamente el momento.”


* Artículo redactado el 23 de febrero de 2019.